martes, 7 de julio de 2009

Mejorando la competencia de liderazgo en equipos directivos de Manuel, director comercial

Manuel es licenciado en Administración y Dirección de Empresas, Master MBA y tiene tanto un físico agraciado como un don de gentes. Parece el ejecutivo perfecto, ha sido director comercial durante 8 años y ahora se plantea dar el salto a la dirección general de la empresa.

Sin embargo, ha contratado servicios de coaching ejecutivo con un coach certificado por AECOP para que le ayude a esa transición. ¿Pensaba Vd. que el coaching sólo busca los gaps o áreas de mejora del directivo? Pues no, también desarrolla puntos fuertes y equilibra el perfil directivo.

El caso de Manuel es uno de tantos directivos que son conscientes que para promocionar tienen que fortalece sus puntos fuertes y mejorar y esforzarse en sus áreas de mejora. Como no es un proceso mecánico y requiere una perseverancia y constancia altas, son muy pocos los directivos que logran en realidad su objetivo. El camino es difícil y pedregoso cuando está sólo ante el peligro, pero puede ser de gran ayuda pensar en un coach, un acompañante del viaje que le ayudara a darse cuenta de sus progresos y de sus potencialidades.

Es quizás como su espejo interior que le refleja sin juzgar sus competencias directivas. Pero eso si, Vd. puede mirar o darse la vuelta. Depende de Vd. Manuel salió muy contento de un proceso de coaching de 10 visitas en 6 meses. Su progreso fue lento pero constante. En los diferentes encuentros con el coach avanzó muy lento, quizás también esperaba algún cambio más drástico pero se dio cuenta que en las competencias directivas no sirven los cambios rápidos, sirve un darse cuenta continuo, un ser consciente de la propia situación y una auto-observación que permita corregir y reforzar las competencias.

Pero este proceso no proviene de la intuición, sino que Manuel fue evaluado sobre sus competencias por sus compañeros y superiores y fruto de esa evaluación detectó la necesidad de fortalecer su perfil competencial. Encontró que su liderazgo en la reuniones y en el trabajo en equipo era menor de lo que el pensaba. Suponía que con su experiencia de directivo era más que suficiente. Pero se dio cuenta que no. Que dirigir un grupo de personas es complejo y más aún cuando los tienes a todos en grupo mirándote. Las sesiones de coaching se centraron en la mejora de su liderazgo en equipos directivos. Luego la primera sesión de coaching estaba claramente centrada y provenía de una información completa de Manuel.

El coaching no es una experiencia intuitiva, el coach sabe que debe centrar sus esfuerzos en comprender el grado en que el directivo muestra su perfil de alto rendimiento en las situaciones a evaluar. Y en este sentido dirige sus esfuerzos por comprender aquellas áreas que el directivo utiliza claramente como apoyo porque son puntos fuertes, y que por lo tanto le despistan de otras áreas que acaba por no considerar por no ser puntos fuertes.

Manuel dejaba que los grupos funcionaran casi por sí solos en un concepto de trabajo poco eficiente. No asumía que él tenía que liderar y esforzarse por cada uno de los miembros del equipo sin prejuicios lo que le hacía perder tiempo, ideas y soluciones para la organización. En las primeras sesiones desarrolló sus puntos fuertes y delimitó las áreas de apoyo, haciéndose consciente de otras áreas que con consideraba. Eso supuso en la cuarta sesión una ruptura importante en su proceso. Se dio cuenta de la importancia de observar también esas áreas. En todo momento lo hizo desde la fortaleza y no desde la debilidad. Y el proceso fue muy positivo desde la primera sesión.

Es muy importante una actitud superadora y un optimismo de conseguir mantener esa competencia en un equilibrio de los diferentes comportamientos necesarios para el éxito. Los últimos encuentros fueron acompañados de conversaciones cargadas de experiencias de auto-observación del trabajo en equipo desarrollado en las últimas semanas. De repente, era mucho más consciente de todo y de todos. Eso fue un paso fundamental pues de repente adquiría muchas más información y era consciente de más cosas.

Eso le permitió asumir su rol y su necesidad de mejora. En la última sesión se dejó todo un camino abierto donde Manuel sabía que le quedaba mucho camino pero sabía que tenía las herramientas para hacerlo.

Nadie le había dicho qué hacer ni cómo hacerlo, sencillamente se concentraba más y era más consciente de su contexto.

Competencia estrategica del liderazgo

Una de las teorías básicas de la Programación Neurolingüistica (PNL) es que la manera de hablar de las personas demuestra como piensan” R. Séller Existen muchos elementos para hacer de la comunicación un proceso eficaz, pero dentro de ellos existen dos que tienen una importancia particular: a) las competencias de ser un escucha activo y b) brindar información de retorno (feedback). Cada una de estas competencias está asociada con unas series de estilos específicos de comportamiento. En un alto porcentaje de la actuación de las personas no se tiene en cuenta que los procesos comunicacionales siempre están construidos en dos direcciones, debido que el objetivo fundamental de dicho proceso es que los actuantes en el mismo se comprendan, en consecuencia las técnicas para desarrollarse como un buen “escuchador” son esenciales, debido a que la forma cómo se escucha es relevante para el otro y ayuda al intercambio. Parafraseando una canción de Rudy Márquez, que dice así “Todos sabemos querer, pero muy pocos sabemos amar”, relacionándola con los niveles de escucha, se puede escribir lo siguiente: “Todos sabemos oír, pero muy pocos sabemos escuchar”. Mucha gente confunde el oír con el escuchar. Si un líder organizacional eficiente trata de buscar información, consenso o quiere implantar una interacción laboral sana, cuando demuestre evidencias fehacientes que escucha con atención, el ambiente será mucho mejor. En estos escenarios el líder debe demostrar a sus más cercanos seguidores que para obtener una respuesta oportuna y veraz, tiene que ser un “escuchador” activo.. Si en verdad quiere reafirmar que es un buen “escuchador” y que desea la participación de sus colaboradores debe plantear preguntas abiertas que provoquen la reflexión, el diálogo y la indagación y, debe responderlas con brevedad. El líder debe repetir mentalmente las palabras claves mientras las escucha, ejercicio este que lo ayudara a no olvidar lo expresado. Si en verdad quiere la participación de todos debe usar el silencio para estimular a los miembros silentes a hablar.

Una de las competencias más importantes que deben desarrollar los líderes para tratar de ser exitosos es la de interpretar el diálogo. Este significa que el líder debe creer en las afirmaciones sin tratar de comprender el contenido del “lado izquierdo”, es decir los significantes ocultos subyacentes en lo expresado. Debe reafirmar su codificación correcta reformulando las afirmaciones en forma iterativa. En consecuencia debería haber quedado claro que los comprometidos con el proceso de comunicación han comprendido el contenido del mensaje o tal vez puede ser corregido y por supuesto aclarada la idea principal de dicha comunicación. Por otra parte se deben tomar en cuenta las comunicaciones no-verbales o también denominadas las comunicaciones del cuerpo, tales como una mirada huidiza y en las orales el titubeo o las contradicciones, las cuales representan causas suficientes para poner en duda la veracidad del mensaje. ¡EVITE OÍR SÓLO AQUELLO QUE DESEA ESCUCHAR Y NADA MÁS!.

En el cuadro de R. Séller que se encuentra a continuación se pueden apreciar las aptitudes más connotadas de los tipos de escucha, así como también las estrategias fundamentales de implantación.

APLICAR LAS APTITUDES PARA ESCUCHAR

TIPO DE ESCUCHA
PONER EN PRÁCTICA LOS MÉTODOS

COMPENETRARSE

Alentar al que habla y obtener información de un modo cordial.
Intente comprender lo que está pensando el otro y permítale sentirse cómodo. Preste mucha atención a lo que dice, hable muy poco y aliéntelo con palabras y gestos.

ANALIZAR

Buscar información concreta e intentar separar los datos de las emociones.
Plantee preguntas analíticas para descubrir los motivos subyacentes de las afirmaciones del que habla, especialmente si necesita comprender una secuencia de datos o pensamientos. Pregunte con cuidado, para poder obtener indicios a partir de las respuestas, y emplee las respuestas del otro para formular las preguntas siguientes.

SINTETIZAR

Tomar la iniciativa para dirigir la comunicación hacia su objetivo
Si necesita alcanzar un resultado concreto, haga afirmaciones a las que los demás puedan contestar con ideas. Escuche y conteste a los comentarios de los otros de manera que sugiera qué ideas se pueden poner en práctica.


Por lo expresado en los párrafos anteriores la “Escucha Activa“ significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del hablante. Un alto porcentaje de la gente cree que las competencias de escuchar son otorgadas. ¿Cuál sería la diferencia entre el oír y el escuchar?. Existen grandes diferencias. El oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye. El escuchar requiere de atención, interpretar y recordar el estímulo del sonido. La escucha efectiva tiene que ser necesariamente activa por encima de lo pasivo. El “escuchador” pasivo se asemeja a una grabadora, solamente percibe la información suministrada. Mientras que escuchar activamente, requiere que la persona receptora “se introduzca” en el cerebro del transmisor, tendente a tratar de interpretar el contenido del mensaje desde el punto de vista del transmisor.

Los siguientes son las ocho actitudes más significativas para ser un “escuchador” activo: 1) Haga contacto visual; 2) Muestre afirmación con movimientos de cabeza y expresiones faciales apropiadas; 3) Evite las acciones que distraigan o los gestos; 4) Haga preguntas; 5) Parafrasee; 6) Evite interrumpir al emisor; 7) No hable de más y 8) Haga transiciones suaves entre los papeles de orador y escucha.

¿Saben nuestros líderes políticos escuchar?
¿Cuál es el estilo de escucha del Presidente y sus seguidores?
¿Puede haber diálogo sin ser un “escuchador” activo?

martes, 19 de mayo de 2009

Tipos de liderazgo

Liderazgo Designado


- Tomar responsabilidad del grupo y guiar al grupo hacia sus metas
- Determinar como el grupo puede cumplir con sus metas



Seguidor Activo


- Apoyar y seguir al líder designado
- Participar en la toma de decisiones del grupo dando ideas y buscando claridad



Liderazgo de Compañerismo


-El equipo trabaja junto y se apoyan uno al otro para cumplir las metas del grupo
-Cada miembro del equipo ve lo que necesita hacer y lo hace


Liderazgo Propio


- Cada persona se cuida a si misma para ser capaz de cuidar al grupo
- Todos muestran iniciativa y personal carácter


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EL LÍDER AUTÓCRATA:



Un líder autócrata asume toda la responsabilidad de la toma de decisiones, inicia las acciones, dirige, motiva y controla al subalterno. La decisión y la gula se centralizan en el líder. Puede considerar que solamente él es competente y capaz de tomar decisiones importantes, puede sentir que el resto son incapaces de guiarse a sí mismos. El equipo solo tiene la opcion de obedecer. El autócrata observa el desempeño de sus subalternos con la esperanza de evitar desviaciones que puedan presentarse con respecto a sus directrices.



EL LÍDER PARTICIPATIVO:





Este tipo de lider hace consultas, para practicar el liderazgo. No delega su derecho a tomar decisiones finales y señala directrices específicas a sus subalternos pero consulta sus ideas y opiniones sobre muchas decisiones que les incumben. Si desea ser un líder participativo eficaz, escucha y analiza seriamente las ideas de sus subalternos y acepta sus contribuciones siempre que sea posible y práctico. El líder participativo cultiva la toma de decisiones de sus subalternos para que sus ideas sean cada vez más útiles y maduras. Impulsa también a sus subalternos a incrementar su capacidad de auto control. Es un líder que apoya a sus subalternos y no asume una postura de dictador. Sin embargo, la autoridad final en asuntos de importancia sigue en sus manos.

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Dictador:



Fuerza sus propias ideas en el grupo en lugar de permitirle a los demás integrantes hacerse responsables permitiéndoles ser independientes. Es inflexible y le gusta ordenar. Destruye la creatividad de resto.



Indiferente:
Completamente ajeno al grupo, no ofrece guía para que los miembros tomen responsabilidades al paso que pueden. Esta falta de soporte le da poca popularidad.



Líder moderado democrático:



Este lider siempre esta ayudando y guiándo al grupo cuando sea necesario, muchas veces sugiriendo para que el grupo desarrolle sus propias ideas. Abierto en la comunicación y respeta a las personas. Siempre esta Involucrado.



¿Un lider nace o se hace?

Hay líderes que nacen con capacidades innatas y hay otros que se van formando en su desarrollo profesional.
Las habilidades innatas favorecen el desarrollo del líder, pero a veces resulta más determinante la formación que uno va adquiriendo y la experiencia que va acumulando.
Hay técnicas de liderazgo, de toma de decisiones, de conducción de equipos, de motivación, de comunicación, etc. que el líder tiene que conocer y dominar.

El ir asumiendo responsabilidades, tomando decisiones, solucionando problemas, haciendo frente a situaciones difíciles, permitirá ir forjando a un auténtico líder.
Por este motivo, no es bueno "superproteger" a las personas en su desarrollo humano y profesional. Es importante que desde pequeño vayan conociendo el valor del esfuerzo, que se vayan enfrentando a ciertas "dificultades", en definitiva, que aprendan a desenvolverse por la vida.
Hay que favorecer que los empleados vayan asumiendo competencias y que se vayan acostumbrando a enfrentarse a problemas. Se trata de irlos preparando para que en un futuro sean capaces de tomar las riendas de la organización.
La preparación y la experiencia son aspectos que hay que cuidar en la formación de toda persona y es conveniente empezar a hacerlo desde su juventud, para ir desarrollando sus capacidades de liderazgo.
Otro aspecto esencial para poder ejercer un buen liderazgo es conocer en profundidad el terreno en el que uno se mueve.
No obstante, el líder no tiene porque ser un especialista en la materia, pero si tendrá que tener una formación sólida e integral, que le permita tener ideas muy claras y un conocimiento global de la actividad que desarrolla (sea ésta empresarial, deportiva, cultural, etc.).
El liderazgo se basa en un reconocimiento espontáneo por parte del resto del equipo, lo que exigirá dar la talla, estar a la altura de las circunstancias. Si el grupo detecta en él carencias significativas terminará por rechazarlo.
Los subordinados entienden que el líder no tiene por qué conocer hasta el último detalle de cada asunto (para eso están los expertos), pero sí esperan de él un conocimiento suficientemente sólido.